Nos fuimos de vacaciones.
Después de aproximadamente 8 meses, llegaron las tan anheladas vacaciones de Toni, al fin… yo más feliz. El asunto ahora era a donde iremos, no nos decidimos, pero tampoco nos quedamos en la casa perdiendo tiempo, salimos sin ningún lugar en mente. Saliendo de la casa Toni me mira y me pregunta ¿y a donde vamos? yo lo miro y le pregunto ¿no sabemos todavía? él dice nooo, los dos nos miramos y comenzamos a reír. Luego el me dice “creo que a la derecha”, señalando hacia el oeste de Panamá, y yo le digo me parece bien. Así que, manejamos hacia las afueras de la ciudad.
Después de manejar aproximadamente dos horas, llegamos a la entrada de El Valle, ya antes la vimos y pensamos que podría ser buen lugar. Decidimos ir, pero nos entró las dudas de si podría ser buen lugar, y la lluvia comenzaba. Me puse a leer en Google sobre el lugar y lo que leí nos pareció muy interesante, así que continuamos.
La parada en El Valle de Panamá.
Mientras subimos la montaña, se apreciaba una vista hermosa, aún con la niebla pudimos disfrutar el paisaje. Al llegar al pueblo nos sorprendimos, pues es mejor de lo que pensamos, tiene hoteles, restaurantes, bancos, gasolineras y tiendas. Contrario a Portobelo, que aunque es lugar turístico y muy lindo no había cajeros ni gasolinera, aquí hay de todo.
El Valle es un pequeño pueblo turístico que pertenece a la provincia de Coclé en Panamá. Para su tamaño es muy completo, ya que por lo que vimos hay un museo, un zoológico y jardín botánico. Esta vez solo pasamos por el lugar pero es seguro que antes de irnos de Panamá regresaremos a estar un fin de semana, porque lo mejor es que no es muy lejos de la ciudad.
Aprovechamos que estábamos en un lugar hermoso y subimos a la montaña, desde allá una vista hermosa, yo estaba feliz y posando como loca. Toni dijo que me hará una casa en la montaña, porque yo soy feliz cuando subimos a una.
Después que bajamos de la montaña, vimos información hacia “El chorro los mosos” y decidimos ir, era un río muy lindo para entrar pagamos 2 dolares. Entramos y como teníamos pantalones y zapatos decidimos acomodarlos para comenzar a caminar río abajo. Después de unos minutos llegamos a una cascada, más adelante había otra pero decidimos regresar. El agua se sentía muy bien en los pies, me habría gustado entrar a la cascada, pero mis ropas ni el tiempo lo permitían. Salimos, almorzamos en uno de los restaurantes y decidimos continuar.
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Dormimos en Santiago de Veraguas.
Una vez que salimos de El Valle, continuamos hasta la provincia de Santiago, ya era un poco tarde y decidimos quedarnos a pasar la noche para continuar el próximo día. En Santiago no salimos para conocer, solo fuimos al centro comercial y luego al hotel. Aquí descansamos, desayunamos y luego continuamos hasta Bocas del Toro. Si algún día quieres visitar esta ciudad panameña en este enlace encontrarás muy buenos hoteles. Y si te he es útil nosotros nos quedamos en este y la verdad a mi me pareció bueno.
Continuamos a Bocas del Toro.
Amaneció y salimos a nuestro próximo destino. Toni manejaba, manejaba y nada que llegamos, salimos a las 11 am. En el camino comenzó una fuerte lluvia y solo nos miramos con caras largas como queriendo decir “que vacaciones…” en verdad esta lluvia ya me comenzaba a preocupar, nada de parar, no me dejaba apreciar el paisaje, y de repente se me salio mi oración “Dios por favor, que no llueva más, por ahora…” unos minutos después la lluvia desaprecio y yo feliz. Le digo a Toni ¿ves que mi fe es buena y Dios siempre me oye? Ya luego comenzamos a observar un paisaje hermoso, porque estábamos subiendo a la montaña.
La ruta es de Santiago a David, pero antes esta el cruce a Bocas del Toro, donde giramos a la derecha y comenzamos una larga carretera que aunque no es del todo muy buena nos permitió llegar sin problemas. De camino pasamos por algunos pueblitos, con casas pequeñas y casi todas sobre un piso de madera, en ellas el único color que que resalta es el de la parábola de claro. En el radio la única música que se podía escuchar es un tipo de música típica de Panamá, por eso era muy fácil saber que área de este país pasábamos en esos momentos. Manejamos, manejamos, y manejamos hasta que al fin a la 6 pm, llegamos al Almirante.
Aquí compramos boletos para ir en lancha a la Isla Colón en Bocas del Toro.
Si quieres seguir esta historia de nuestras vacaciones, quédate pendiente a mi próxima entrada donde te seguiré contando, está muy interesante. Suscribete a mi lista de correos para que recibas una notificación en cuento se haya publicado.
Soy feliz de tenerte por aquí, gracias por venir.
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